Mientras llevamos brackets, tendremos que retirar bien los restos de alimentos de los dientes y encías después de cada comida y realizar enjuagues con flúor, ya que estos restos contribuyen, junto a las bacterias, a la formación de la placa bacteriana, una película que se forma sobre los dientes.

Si no la eliminamos bien de los dientes y los brackets cada día, puede causar inflamación de las encías, sangrado y producir ácidos que desmineralizan el esmalte, que además podrían dejar ‘manchas blancas’ e incluso caries.

Una manera fácil de cepillarnos es hacerlo en círculos y siguiendo un orden. Te recomendamos empezar por arriba de derecha a izquierda, pasando por todos los dientes. Seguimos por la parte inferior y volvemos a la parte superior, pero esta vez por la cara donde mordemos. Finalmente, la parte interna de los dientes y también la lengua.

Por la noche haremos un cepillado más completo. Después de proceder como te hemos explicado, pasaremos el cepillo interdental por debajo del arco entre los brackets para retirar cualquier resto que quede. Con un cepillo más suave, y humedecido con agua, lo pasaremos en la unión del diente y encía, zona donde más placa se suele quedar, y donde más frecuentemente se produce el sangrado. Por último, nos enjuagaremos con flúor.